viernes, 24 de noviembre de 2017

universo transmedia: las nuevas fronteras de la comunicación

El transmedia según Jenkins.
Han transcurrido catorce años desde que Henry Jenkins, académico del MIT, acuñó el término ‘Transmedia Storytelling’ para un artículo publicado en el Technology Review donde sostenía que el uso coordinado de la narración a través de diversas plataformas puede hacer más atractivos a los contenidos. Este ha sido el punto de partida para nuevas formas de comunicaciones integradas que tienen como objetivo principal la interacción de las audiencias fundamentalmente a través de las redes sociales.

La Gioconda de Duchamp.
El fenómeno transmedia, sin embargo, no es nuevo. El colombiano Carlos Obando Arroyave en su conferencia magistral en el UNTCOM (Reflexiones en Comunicación para la Investigación) mencionó a Marcel Duchamp como precursor de este tipo de contenidos al modificar el contenido clásico del arte al atreverse a dibujarle bigotes a La Gioconda en la década de 1930. Yo creo más bien que encuentra su desarrollo en la Industria del Espectáculo y Entretenimiento cine, cómic, televisión— con personajes como Tarzán de Edgar Rice Burroughs, los superhéroes de la DC Comics o Marvel Comics, los personajes de Walt Disney —con parques temáticos incluidos— o las sagas de Star Trek, Star Wars o Indiana Jones que traspasaron la pantalla para interactuar con sus fanáticos a través de otros formatos como series, dibujos animados, juguetes, objetos de merchandising, etc.

Afiche del UNTCOM.
Lo que la web 2.0 ha originado es que ese niño o adolescente que jugaba por ejemplo con sus muñecos de Darth Vader o Luke Sywalker y se entretenía creando su propia historia de ficción, ahora pueda expresar y compartir sus ideas lúdicas lanzándolas a través de la nube sin tener que preocuparse por derechos de copyright. Las nuevas plataformas digitales —que han tenido un crecimiento exponencial con las pantallas táctiles— han permitido que proliferen lo que Jenkins llama ‘prosumers’, neologismo que combina el término ‘consumidor’ con el de ‘productor de contenidos’. Hoy, miles de personas comunes y corrientes de distintas partes del orbe, cuentan con las herramientas necesarias para que ellos mismos autogeneren sus propias narrativas, invadiendo las redes con elementos viralizables que se comparten de manera profusa, difusa y, a veces, confusa, la mayoría de veces anónimas, irresponsables y casi subversivas.

Con la explosión del transmedia, el premonitorio eslogan de YouTube: “Broadcast Yourself” cobra absoluta vigencia. La tecnología ha hecho de la comunicación una de las actividades más democráticas del mundo, transformándola en un mecanismo digital que viene apabullando y menoscabando a las formas tradicionales o analógicas de información y entretenimiento. Los comunicólogos o especialistas en Ciencias de la Comunicación han encontrado en las nubes de almacenamiento una dura competencia. Hoy, cualquier tipo puede asumir la comunicación como una actividad colateral a su formación profesional, convirtiendo a la comunicación en la profesión sin título con mayores cultores a nivel mundial.   

Tomando el título de Robert Fidler, gracias a la narrativa transmedia vivimos en un proceso de mediamorfosis en el que no se vislumbran cuáles serán sus alcances o hasta dónde se van a expandir las nuevas fronteras de la comunicación.           

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