miércoles, 17 de enero de 2018

adiós al fútbol ilustrado

Mi primer El Gráfico. Se
extravió de la misma forma
como apareció en mi vida.
Nunca supe —ni pregunté— cómo llegó ese número de la revista El Gráfico a mi casa. Apareció como si algún Dios del Fútbol lo hubiese llevado con la firme intención que un imberbe de doce años apenas aficionado se convirtiera en un firme prosélito al deporte más bello del mundo, ya no sólo a través de los partidos de la selección peruana si no a través de la lectura; a partir de ese momento el fútbol ya no se convertiría solamente en una afición para ver si no también para leer. 


...Y cumplió su objetivo. Tras 18
años, River volvió a gritar
¡Campeón!
Como repito, me percaté de esa edición de El Gráfico a fines de 1984. La carátula legible pero desteñida por una inapropiada exposición al Sol. No obstante podía distinguirse que el tono melón de las letras El Gráfico, había sido en algún momento de un anaranjado más intenso, al igual que la fotografía frontal de Carlos Reutemann dentro de su monoplaza Brabham, haciendo una loa del argentino que más cerca acarició la gloria de Fangio. No fue la primera revista deportiva que ´cayó en mis manos. Rafo Montoya, el mejor amigo de mi hermano, conversaba conmigo sobre fútbol y me prestó dos ejemplares de Ovación —la entrañable revista de Pocho Rospigliosi— que databan de la época en que Orlando Romero peleó contra Mancini en el Square Garden y el Flaco Malásquez anotó un golazo en el Centenario por la Copa América. Esas dos revistas —que fiel a mi mala costumbre nunca se las devolví— todavía las conservo, pero no esa mágica edición de El Gráfico que databa de enero de 1975, al poco tiempo desapareció de la misma forma como apareció de mi colección, sin dejarme una explicación, sin darme siquiera una pista de lo que pudo pasar con ella, mas el tiempo que pasamos juntos fue decisivo para mí básicamente por tres artículos: el inicio del proceso Menotti que terminaría dándole a Videla el título mundial, el análisis del River Plate de Labruna bajo el titular: “Si agarro River es para salir campeón” que siempre tengo presente cuando asoma en Alianza una sequía de títulos ya que el equipo de Núñez arrastraba en ese entonces dieciocho años sin dar la vuelta (y finalmente campeonó) y, sobre todo, el análisis del fútbol del año que se había ido, contagiándome el embelesamiento por el llamado ‘Fútbol Total’ practicado por la ‘Naranja Mecánica’. 

Última edición anunciada con
Ariel Holan, el técnico que
devolvió al 'Rojo' la Gloria.
En compensación con tan sentida ausencia en mi colección, comencé a adquirir varias ediciones de El Gráfico de segunda o tercera mano, enriqueciendo mi colección con sus coberturas extraordinarias de los mundiales de Argentina '78 y de México '86. Lamentablemente no gozaremos del testimonio de la revista fundada por Constancio C. Vigil Copa del Mundo de Rusia, pues sus actuales propietarios han anunciado que una aventura editorial con casi noventa y nueve años de antigüedad y 4489 números impresos llega a su fin al anunciar en el presente enero su última edición impresa. Al igual que otras revistas legendarias, El Gráfico sucumbe en estos tiempos de lectoría por Internet. Una institución del periodismo deportivo de Argentina y todo el Mundo acaba de perder el partido del mercado y a los nostálgicos que gustamos del deporte de papel sólo nos queda resignarnos ante este escenario muy bien graficado por el filme The Secret Life of Walter Mitty de Ben Stiller. Duele por el futuro de las revistas en general, pero hay que aceptar que hace rato que las crónicas deportivas juegan por Internet.       

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